Desarrollo Comunitario, Estudios psicosociales y psicoantropológicos, Psicología Social

¿Desarrollo alternativo o Alternativas al desarrollo ?

Cuando hablamos de desarrollo es frecuente pensar en crecimiento de las condiciones económicas. Esto no es azaroso ya que la noción de desarrollo se asocia a la de crecimiento, sin embargo no son sinónimos.

El crecimiento implica una relación lineal, donde cambiarán las característica cuantitativas de una situación o cosa, implica que las modificaciones no serán substánciales pero si perceptibles en el paso del tiempo. Más aún la idea de crecimiento hace pensar que sólo es cuestión de tiempo para alcanzar el estado deseado.

Por otra parte el desarrollo tiene implicaciones cualitativas, de tal manera que lo que encontramos al otro lado del proceso no es necesariamente lo mismo que ha iniciado, sino que puede ser incluso una transformación radical. Así que el énfasis no está en la meta sino en el trascurrir del proceso.

Lo que mantienen un común estos términos y una de las razones por las cuales se confunde o se manipula tergiversándolo, es que hablamos de procesos, es decir de situación que podemos identificar un estado actual y etapas que lo llevan a un estado final. Aquí hay que tener cuidado ya que el término “proceso” es también uno de los favoritos al momento de encontrar muletillas para evitar dar mayores explicaciones.

Por esta razón en es que algunos autores evitan hablar de desarrollo alternativo cuando hablan con referencia a la economía y prefieren hablar de alternativas al desarrollo. Según lo explica Boaventura De Sousa Santos (Boaventura, 2001), existen dos ejemplos: El desarrollo sustentable y el Ecofeminisno.

El desarrollo sustentable llama la atención a la contradicción que guardan estos términos, ya que la manera en que se usan actualmente hacen pensar en crecimiento y no es desarrollo, es decir, que hablan de uso de recursos por la misma vía de siempre solo que de manera racional, lo cual no puede mantenerse en el tiempo. No tiene una transformación substancial.

Por su parte el Ecofeminismo, insiste en que no se trata solamente de incorporar a las mujeres a la manera capitalista y patriarcal de producción, sino que en lugar de hablar de “incorporación” se debería hablar de “recuperación” de formas de entender el mundo que fueron marginadas.

Lo que hay de fondo en estas discusiones, es que tocan de manera profunda la vida cotidiana. Podemos hablar de lo “terrible” de la acumulación, pero optar por un estilo de vida que busque satisfacción en formas no económicas ya es algo mucho más complicado.

Esto puede llevarse a otros ámbitos no necesariamente económicos, por ejemplo, la alimentación. Lo importante no es comer más, sino nutrirse mejor. Lo importante no sería producir más, sino hacerlo cualitativamente más sano. Si habláramos de empleo, podríamos pensar que no queremos solo más trabajos, sino que queremos que estos aporten mejores condiciones y seguridad para el empleado.

En resumidas cuentas, para alcanzar ese estado distinto al actual de las cosas, al que llamamos Desarrollo, es menester realizar acciones cualitativamente diferentes.

Un llamado a pensar- actuar considerando las alternativas a lo que nos han enseñado. Es decir, desaprender y reaprender.

 

Mtro. Rodrigo Rguez

 

Para consultar:

Boaventura, D. S. S. (2001). Producir para vivir. Los caminos de la producción no capitalista. (Primera en español ed.). México, DF: Fondo de Cultura Económica.

 

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