Desarrollo Comunitario, Psicología, Psicología Social

¡Hay muchos niños en las reuniones!

Por: Mtro. Rodrigo Rodríguez

El liderazgo es una posición tan deseada como en su momento puede ser desgastante y evitada. Para muchos una posición de poder en la que se puede tomar decisiones importantes y que de las cuales depende el desarrollo para llevar a buen término la satisfacción de demandas colectivas puede ser un papel deseado, la figura del líder enviste de poder a quien la porta.

La exigencia social en repetidas ocasiones es comportarse como un líder, es decir una figura capaz de resolver problemas, de tomar decisiones acertadas, de dirigir un grupo o situación de convocar al mismo grupo y a otros relacionados y de mediar conflictos que sin duda se presentan en la vida en colectivo. Es decir que existe una visión muy valorada de aquel que se le llama líder.

Todos los grupos generan líderes o las condiciones para que de ellos se desprenda un liderazgo latente. Cuando el liderazgo corresponde a procesos participativos o comunitarios, la posición del líder puede ser un tanto diferente en la medida que se espera que este líder además, actué en primer lugar para el bienestar colectivo e incluso de manera no explicita se espera que los intereses particulares del líder queden relegados a un segundo término de importancia.

El líder en este caso suele ser una persona con una alta valoración moral por parte de las comunidades que ven en él las capacidades necesarias para llevar el timón y representación de los intereses colectivos.

Es importante mencionar, que el liderazgo, aún en el caso de considerarse una capacidad innata, debe complementarse con una serie de habilidades de cuya necesidad el mismo líder se percata durante el ejercicio de las funciones que desempeña.

Estas habilidades en múltiples ocasiones son adquiridas, pulidas y perfeccionadas más mediante la práctica, que por medio del estudio de las mismas.

Habilidades tales como presentar ideas y defenderlas en público, son desarrolladas a base de estar frente a un auditorio en repetidas ocasiones y en muchas de estas ocasiones frente a detractores que buscan echar abajo sus argumentos.

Al conocer las historias individuales y las trayectorias sociales de estas personas, es común percatarse de que experimentaron la necesidad de ejercer liderazgo durante la adolescencia o durante la niñez, además en varias de las ocasiones estuvieron presentes en reuniones de los padres o de figuras de autoridad en donde por aprendizaje vicario conocieron la manera en que el liderazgo debe ejercerse.

Durante las reuniones comunitarias en las que suelen debatirse ideas y tomar decisiones colectivas es común encontrar a los hijos de quienes participan de estas reuniones. Un buen conductor de grupos y un líder con suficiente experiencia reconoce entonces que más allá de apartar a los menores de estas actividades deben integrarse o prestar las facilidades para que permanezcan y puedan tener sus primeras experiencias con la organización comunitaria. Sin duda entre los menores presentes se encontrarán los líderes comunitarios que tomaran riendas de la representación de intereses comunes.

Mtro. Rodrigo Rodríguez

@roldrigo

@comiensaenred

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