Desarrollo Comunitario, Ruralidad

Las siguientes lineas dan cuenta de algunas reflexiones de campo que datan del 2009, tiempo en que colaboraba con una institución para el desarrollo comunitario. Sirva pues éstas para ilustrar distintas visiones que participan en la intervención planeada para atender necesidades

Todos estamos de acuerdo

100_1925El camino, la carretera, la brecha es una constante en las actividades para el desarrollo comunitario. El camino presenta varias opciones, si se va en transporte publico, es muy fácil darse cuenta de las dificultades para llegar algunas comunidades, el reto claro siempre está en los horarios, las distancias, las incomodidades a las que todos parecen haberse acostumbrado. Nunca hay un camión directo a donde vamos, los “raites” que se cobran a muy buen precio. La ventaja siempre está en la posibilidad de tener un buen conversador al lado, el paisaje y si se quiere un sueño reparador.

Si por el contrario se viaja en un vehículo particular los inconvenientes son otros, el trafico, las prisas, los limpia parabrisas, vendedores ambulantes de coche en coche  (todas esas cosas que se piensa son naturales de la ciudad), la carretera siempre en reparación. Las ventajas, claro, las conocemos.

Sí, conforme se gastan kilómetros, el paisaje cambia, los ruidos, las construcciones, las necesidades. Pero camino a Chalpicote, en Poncitlán también van cambiando las ideas y muchas veces los prejuicios que se tienen.

Camino a una reunión entre instituciones afines a la asistencia social, suceden varias cosas, suceden varias ideas. En esta reunión en particular, la cabecera municipal nos recibe en vehiculo, al parar en un semáforo un señor de aproximadamente 70 o 75 años, vestido a la usanza de la gente de campo (sombrero, camisa a cuadros, huarache) sostiene un letrero en que dice “usted puede ayudarme”. Mi primera idea: ¿Cómo imagina él que podemos ayudarle?

Durante la reunión se habla de pobreza, de necesidades, de programas sociales, de virtudes de nuestras instituciones y alguien comenta el mismo hecho que a mí me llamara la atención.

Cuando se habla de aquel señor al borde de la carretera los comentarios no se hacen esperar “la gente siempre está esperando que le ayudes para todo” que raro ver a alguien pidiendo cosas en estos lugares, aquí todos son muy echados pa’ delante” “en que necesita que le ayuden”, “debería ayudarle el DIF”. En el criterio de algunos esa imagen se sale del esquema, lamentablemente es común que una escena como ésta se dé en ciudades del tamaño de Guadalajara, donde al parecer las desventajas sociales son más evidentes y los cruceros se llenan de personas que procuran sus sustento. En la cabeza de varios presentes en la reunión no está la posibilidad que esto suceda en un ambiente más cargado a lo rural.

Quien llegó al municipio en autobús vivió una realidad distinta a quien lo hizo en su propio vehículo, quien miró desde dentro de su coche vivió una situación con mayores ventajas que quien vio al interior del vehículo desde un crucero, quien sostiene el letrero (la necesidad) lleva más peso encima que quien lo lee. Parece que a mirada de cualquiera es fácil identificar quien es más vulnerable. Dentro de la misión de cualquiera de las instituciones que en ese momento estaban reunidas coincidían en  “Atender condiciones de vulnerabilidad”. Las instituciones públicas que abordamos el problema tenemos una responsabilidad, es una labor del estado enmarcada en las asistencia social (Fletes Corona R. 2009, p. 4)

Todos están de acuerdo, las condiciones de vulnerabilidad deben de atacarse. El inconveniente es que cada cual entiende la vulnerabilidad y sus causas de forma distinta.

Algunos apuestan a que la vulnerabilidad se debe a la pobreza, por lo que la solución está en generar empleos, ingresos. Otros piensan que la pobreza rebaza a lo económico, entonces hay que favorecer el desarrollo humano. Otros que la falta de educación formal es la causa de la vulnerabilidad, entonces las clases, las becas.  Todos coinciden en que no es una situación ya dada a un grupo o comunidad y que puede cambiarse. Todos estamos de acuerdo.

Un aventón.

100_1934Sólo hemos recorrido una parte del camino. La localidad de Chapicote a donde nos dirigimos esta ubicada a 11 kilómetros, 7 Kilómetros de pavimento y 4 de terracería hasta donde se le denomina la Coronilla o Crucero a San pedro Itzicán.

De regreso a tomar la carretera, me encuentro de nuevo al señor en la carretera. Esta vez me detengo y decido preguntar ¿Cómo puedo ayudarlo? La respuesta es muy sencilla, necesita un “Aventón hasta el crucero a San Pedro”. En el camino, me cuenta que pide ayuda de esta forma, por que “debes acercarte donde hay gente que te ayude con lo que necesitas”, en este caso la carretera. Una respuesta básica en la manera de acercarnos a atender las condiciones de vulnerabilidad. Es decir la vulnerabilidad representa las carencias y dificultades para enfrentar una situación, pero además las estrategias para hacerles frente (Pizarro, Roberto, 2001). La comunidad, las familias y en general las personas, tenemos claro cuales son las “necesidades” que tenemos.  Necesidad es definida como “una sensación de carencia unida al deseo de satisfacerla. Ejemplo: sed, hambre, frío, afecto, logro, realización, poder etc. Las necesidades son inherentes en el ser humano”[1]. La gente “sabe qué necesita”. Las instituciones entonces caemos muchas veces en la tentación de creer que sabemos más que la personas o grupos que atendemos. Entonces la respuesta es automática, sí necesita “X” entonces hay que dar “X”. Este enfoque tiene algunas dificultades, por una parte suponer que conocemos mejor las necesidades que quien las vive, pone en una relación asimétrica “al necesitado” que por demás, ni siquiera es capaz de reconocer su necesidad. Por otra parte la necesidad siempre es inacabada, es decir las necesidades, aparecen, se satisfacen y surgen nuevas necesidades. Suponer que podemos cubrir necesidades, envuelve a ambas partes en un círculo en una espiral ascendente, mientras más necesidades se cubren y satisfacen, necesidades más grandes aparecen y se tiene menos habilidades para cubrirlas. Tercero; lo que se provoca en las personas es una posición en la que se plantean sin elementos para hacer frente a sus circunstancias, posición mucho menos responsable que quien trabaja utilizando sus recursos y con menos posibilidades de convertirse en agente de cambio.

Creer en la capacidad humana.

estufas lorena 1 san pedro itzica junio 2010Pero ¿DIF puede atender situaciones de vulnerabilidad? DIF ha transcurrido varios momentos desde su nacimiento, por decreto en 1977 (Peregrina, Angélica). Desde el origen DIF ha tenido diferentes enfoques en la manera de servir a la población. La imagen más marcada en las personas, es la de un DIF que da despensas, que ayuda a las mamás que están solas, que atiende a niños. Y en su forma de trabajo se tienen la imagen de lo que han llamado paternalismo, es decir una analogía del  poder paternal, donde se protege, se cuida, se soluciona (Alemany, M. 2005)

Por otra parte también se reconoce a DIF como la institución cercana, en la que trabaja la gente de la comunidad, la conoce por nombre y está en la casa de quienes atiende (Rodríguez, R., 2007).

El trabajo en desarrollo comunitario de esta institución, tiene la característica del componente participativo. Y las alternativas de solución se buscan en conjunto institución y comunidad, mediante la identificación de problemas y ejecución de actividades planeadas. De esta manera la identificación de problemas y su solución, trata de hacer frente a las condiciones de vulnerabilidad que la misma comunidad reconoce.  La cercanía entonces es obligada ya que los problemas van desde los económicos, familiares, sociales, de infraestructura, de empleo, entre otros, y en la identificación de los mismos el promotor es un actor clave que la gente reconoce. Estas características hacen que el mejor medio para que las instituciones hagan llegar sus programas sea mediante la comunidad organizada. DIF apuesta a que esta característica se facilite.

En el crucero sigo el camino solo y pienso en las posibilidades de las personas, en las capacidades con las que cuentan y desarrollan, en los tres grupos que se reúnen en Chalpicote discutiendo problemas comunes. La resiliencia y la agencia humana, como conceptos y como enfoque en las personas son posibilidades de enfrentar la vulnerabilidad. Parece que DIF sí tiene responsabilidad y posibilidades de atender la vulnerabilidad en comunidades, familias y personas.

Ola que salpica en roca.

Cuando llegas a Chalpicote, puedes tener una vista privilegiada. La comunidad se encuentra en la ribera del Lago de Chapala, justo en la orilla del Lago. Desde lo alto, antes de comenzar a bajar  a la comunidad, se tiene una panorámica del Lago. Desde la comunidad, que es sólo una calle a lo largo de la orilla, se puede tocar el agua. El nombre de Chalpicote significa precisamente “agua que salpica en roca”. La historia de la comunidad no es muy lejana, data de apenas 50 años aproximadamente.

Etnicidad. Cuentan las personas de la comunidad que en sus habitantes hay un origen indígena Tarasco y Coca, pero las nuevas generaciones no se reconocen como tal, aunque sus rasgos, acento al hablar lo conservan. No se habla ninguna lengua indígena, se ha perdido. Esta comunidad no se reconoce como indígena y las instituciones que la atienden tampoco la reconocen así oficialmente aunque se sabe de su origen. Se ha perdido la etnicidad es decir, se perdió su identidad indígena,  sus rasgos culturales y de organización (Talavera, D. Luis Francisco.2009). Los grupos indígenas en Jalisco, cuentan con la comisión Estatal indigenista, (CEI), y esta “tiene como objeto orientar, coordinar, promover, apoyar, fomentar, dar seguimiento y evaluar los programas, proyectos, estrategias y acciones públicas para el desarrollo integral y sustentable de los pueblos y comunidades indígenas en el Estado de Jalisco” (Comisión Estatal Indigenista, Jalisco.2009). Sin embargo, por lo antes dicho la comunidad no puede acceder a estos servicios. Una comunidad que pierde identidad es una comunidad más vulnerable. Los procesos de filiación y la membresía nos permiten sentirnos parte de un grupo, de una comunidad. Un grupo puede tener un objetivo, conseguirlo y extinguirse, una comunidad tiene un proyecto más duradero. El grupo se termina, la comunidad perdura. Cuando no existen formas básicas de referencia, cuando el otro no pertenece a mi comunidad y mi comunidad a una más grande, cuando la identidad no pasa por la comunidad, se es más vulnerable.

Alimentarse (no solo de pan…). Agripina, una mujer líder en su comunidad siempre nos da la bienvenida con una invitación “a comer chayotes cocidos”. Ya los tiene preparados, cocidos y en un balde con el que sale al camino en cuanto nos ve acercarnos. El Chayote y el pescado son básicos en la alimentación de la gente de Chalpicote. Anteriormente al igual que en muchos pueblos, la siembra básica de la comunidad era el maíz, por supuesto este era la base de la alimentación. La siembra de Chayote para su venta se convirtió en una oportunidad de remuneración y la vocación de la tierra se fue cambiando, además de que la siembra de maíz no garantiza un ingreso económico. Prácticamente toda la comunidad tiene sus plantas de chayote y el producto lo venden a algunas personas de San pedro Itzicán a muy bajo costo, solo $10  o $12 por caja.  El pescado tiene un papel fundamental, se come pescado de la laguna cuatro o cinco días de la semana, todo el pescado es para consumo familiar y no se comercializa. Agripina cuenta que la laguna ya no da igual que antes y que además, ya no se puede beber agua de la misma debido a la contaminación. La alimentación y el ingreso económico son fundamentales y las personas dan prioridad a la búsqueda del sustento, antes de atender problemas más globales y complejos como por ejemplo, la contaminación. El componente comunitario no puede dejarse de lado, aunque las condiciones concretas de las familias reclaman atención. La familia como grupo que vincula lo individual y lo colectivo necesita, lo privado y lo publico, (Arriaga, I; Mathivet, Ch. 2007) necesita una forma específica de abordaje.

Migrar. Salir de la localidad siempre ha sido una estrategia en la búsqueda de una mejor calidad de vida. En Chalpicote han salido 18 personas entre hombres y mujeres que se emplean en Estados Unidos en la floricultura, 19 mujeres salen a Guadalajara a trabajar como empleadas domesticas, 6 niño salen a estudiar fuera de la comunidad. La migración siempre es vista como una situación temporal, las familias en general piensan en que regresarán, aunque en la práctica hay quienes no vuelven a instalarse en la localidad. Las dos principales causas de migración son la educación y la necesidad de empleo.

En los enfoque de desarrollo “el fortalecimiento a las ciudades medias, el fomento a la industria tradicional y a la PYMES” (Alburquerque, Francisco. 2004) han sido la alternativa a la solución y es el caso especifico de Jalisco.  Estos dos factores, educación y empleo, están fuertemente ligados. Cuando los proyectos económicos locales no están ligados a los puntos anteriores, las posibilidades de éxito son complicadas.

Incluyente. En la comunidad hay 5 personas con discapacidad. Como grupo estas personas no están siendo atendidas. Curiosamente aunque saben de estas personas, no parecer ser una prioridad para la comunidad. La exclusión y la marginación mantienen en un papel vulnerable a estas personas. Las casas que no tienen un piso firme, hacen difícil que se pueda tener una silla de ruedas al interior. Las calles no están aptas para usar silla de ruedas en las calles. Estas personas no tienen mayores dificultades para salir de la comunidad a atenderse, para conseguir un empleo. Ver la discapacidad como una situación que no tiene por sí misma que excluirlos de la comunidad, ayudaría a encontrar posibilidades de enfrentamiento a estas circunstancias. Con el trabajo familiar y comunitario debemos pasar del “tienen un enfermito en esa casa” a la  solidaridad comunitaria que incluye a las personas con discapacidad entre sus prioridades de atención.

Termina la reunión con la promotora y algunos representantes de la comunidad. De regreso a Guadalajara, de nuevo el camino y los pendientes.

No solo Chalpicote.

Conclusiones y retos.

De regreso a Guadalajara,  me acompañan las reflexiones.  Lo que sucede en Chalpicote no es una situación exclusiva de esta comunidad, sucede en muchas otras e incluso en algunas de ellas los problemas se magnifican.

Las instituciones están haciendo una parte importante del trabajo. Pero aun así se sigue tendiendo una visión particular del problema en cada una. Es decir pobreza, marginación, vulnerabilidad, aun se usan como sinónimos, aunque no lo sean en realidad. Revisar los términos ayuda a esclarecer y amplificar el margen de acción para el trabajo de nuestras instituciones. La labor no puede realizarse por una sola de las partes,  la participación debe superar lo presencial y tomar un papel más activo.

Una tarea pendiente, aun está en las formas sencillas de llegar con la gente, de dialogar con la gente, de que podamos conocer cuales son los principales problemas, pero además las principales oportunidades y fortalezas de esas personas. La vulnerabilidad vista en el desarrollo de sus potencialidades. Tomar en cuenta que la resiliencia y la agencia humana, son capacidades y posibilidades que pueden modificar realidades complejas.

Una institución como DIF tiene un sitio privilegiado en las comunidades.  Debido a la misión de esta institución se tiene la facilidad de tener un contacto humano con grupos y personas con alguna forma de marginación. Esta posición permite que DIF pueda conocer  a través de sus actores las situaciones concretas de las personas y que por lo tanto se facilite un dialogo en donde se puedan aprovechar mejor las posibilidades de vinculación y alternativas de solución. Aunque aun falta desvanecer esa imagen paternalista y asistencialista al estilo más clásico, fuertemente anclada a la historia institucional.

Por último, focalizar grupos vulnerables tiene cuestiones favorecedoras a su atención. Cuando se reconocen las necesidades colectivas cobra más fuerza la tendencia al cambio.  Además es importante reconocer las diferencias y reconocernos en aquello que nos hace coincidir, la vulnerabilidad como concepto engloba algo más amplio a la pobreza o la marginación. Cuando tenemos la sensibilidad para entender un problema podemos entonces movilizar posibilidades de solución. Posibilidades para reducir condiciones de vulnerabilidad.

La vulnerabilidad no es una situación inherente a ningún grupo ni persona, pero si es una condición a la que cualquier grupo o persona puede estar expuesto.

Finalmente el trabajo para superar la vulnerabilidad es una constante que las personas y las comunidades hacen parte de su vida, la aspiración es mejorar la calidad de vida, hacerse de  posibilidades.

Disminuir situaciones de vulnerabilidad es un esfuerzo permanente, un ir y venir en el aprendizaje y en los intentos de soluciones, esfuerzos y quehaceres que saben que las realidades solo pueden cambiarse siendo persistentes, siendo constante, estando siempre presente, precisamente como “la ola que salpica en la roca.

@roldrigo

Bibliografía.

Alburquerque, Francisco. Desarrollo económico local y descentralización en America Latina. Revista de la CEPAL No. 82. 2004

Alemany García, Macario. El concepto y la justificación del paternalismo. Tesis de Doctorado. 2005

Arriaga, Irma; y Mathivet, Charlotte. Los programas de alivio a la pobreza Puente y Oportunidades. Una mirada desde los actores. CEPAL, Santiago de Chile 2007.

Fletes Corona Ricardo. (notas, digresiones, apuntes para)  Repensar la Asistencia Social.  Ponencia impartida en el evento inaugural del Diplomado Interinstitucional de Asistencia Social. Abril 2009.

Peregrina, Angélica, El DIF Jalisco: aproximación a su historia. Guadalajara: El Colegio de Jalisco-DIF Jalisco, 1994 (Ensayos Jaliscienses).

Pizarro, Roberto. La vulnerabilidad social y sus desafíos: una mirada desde America Latina. CEPAL. 2001

Rodríguez Guerrero, Rodrigo. En El tiempo vive en la memoria escrita. Sistematización de la práctica, Desarrollo Comunitario, DIF Jalisco. Versión electrónica, 2007

Talavera Durón, Luis Francisco. De la ciudad divina a la urbe plurietnica: la negociación de la presencia indígena en la Zona Metropolitana de Guadalajara.  Versión corregida, junio 2009


[1] Definición tomada de  http//es.Wikipedia.org

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La ola que salpica en la roca. Situación de El Chalpicote, Poncitlán, Jalisco. Las instituciones y los grupos vulnerables

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